¿Sobreinformación?

Cuando uno se asoma a esas ventanas que son las redes sociales, los blogs, las webs..., de personas,  organizaciones, intituciones, etc., se contempla la llamada sobreinformación. ¿Qué datos hallamos en esos espacios? Pues, por lo general, siempre los mismos. Basta escoger un tema y buscar. No se encuentra nada. Se recibe siempre la misma información con ligeros matices, con distintos grados de erudición y de poder. Sé que algunos creen obtener diversos saberes, y que llegan a pensar que tienen el criterio para juzgarlos y para elegir entre ellos. Sin embargo, lo que aflora de esos medios es el discurso del poder, de la democracia nuestra, tan mostruosa por ser única, indestructible e insubstituible. Un discurso permitido porque vende productos financieros y porque alimenta el individualismo de las personas.

Así la mal llamada sobreinformación, que es violencia evitable si se educa, que se nutre de la globalización de la economía y del mal, no es más que otra forma de falta de información. De modo que si hay alguna novedad en el mundo educativo es que debemos cuestionarnos qué información transmitimos. Porque ésta siempre tendrá un precio, mientras manden y maten los mismos. Y por este motivo, siempre se requerirá quien se mantenga en una cercanía hostil respecto a todas esas ocurrencias, probaturas, ensayos, etc. Personas capaces de recordar el terrible avance del Conocimiento humano científico, que deja en su camino lágrimas, ansiedad, dolor, consternación, muerte..., para, al final, admitir que la ciencia no puede responder a todas las preguntas que se hace el hombre.

Emigrar una salida

En el arte de acercarse a un ser humano con intención educativa se precisa la Ética. Con los hechos se 47fa demuestra si cada uno de nosotros hemos amado con sinceridad a nuestros alumnos y si hemos estado a su lado con la convicción de que parte de su felicidad dependía de saber eso que les quisimos enseñar. O si, por el contrario, entendimos la tarea educativa como un negocio de ilusión, como lo es la joyería, y si vendimos gracias a que alimentamos ilusiones sin fundamento, desvíos e irrealidades. No puede pretenderse excelencia alguna en las personas que aprenden si sigue censurada la información y alguna que otra verdad, que son  los pilares de cualquier intento educativo noble.

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